viernes, 16 de julio de 2010

Mi Reina

Todos los días se aprende algo, nunca sabes dónde, en qué lugar o por qué medios te va a llegar algo que va a aumentar tu tranquilidad, la consciencia que tienes de tus actos, de su significado... y por tanto, darte un poco (un mucho) de humildad ante Dios y los demás que llevan más tiempo que tú (yo) dando vueltas por este mundo.

Ayer, mi esposa, gran buscadora de noticias e información católica, aparte de una gran esposa, me mostró una web, y a través de esa llegamos a otra, en la que se pueden ver unos vídeos destinados a los más pequeños pero que dan grandes catequesis hasta a los más grandes.

La primera web es Magnificat.tv allí se puede encontrar un compendio de videos y otra información muy interesante. Ellos lo llaman "televisión a la carta", y espero que sigan aumentando esa "carta" con cosas tan buenas como las que ya tienen.

Allí mi esposa encontró un vídeo que consideró que nos venía bien para mostrárselo a los niños de catequesis y me lo enseñó para ver que me parecía. La verdad es que primera impresión no fue esplendida, pero instantes después recordé que no iba destinado a un público adulto sino a niños. Así que miramos qué más había. Estos vídeos han sido realizados por el Hogar de la Madre.

En estos vídeos se les explican a los niños muchas cuestiones de la vida católica. Pero a mi me llamó la atención uno en particular titulado "En las manos de María". Al principio me llamó el título, siempre es bueno aprender cosas sobre Ella. Así que lo vimos con ilusión y un poquito de paciencia. Tras los 5 primeros minutos (destinados a que los niños se aprendan el nombre del autor de tan bonito "cuento": San Luis María Grignon de Monfort) empieza a contar una historia de un campesino.

Como no he encontrado la historia original, voy a contarla yo.

Un campesino que tenía que pagar sus impuestos al rey vió que el fruto de su trabajo no era digno de ser presentado ante dicho rey. Él había cosechado frutas y verduras, pero la mayoría estaban golpeadas, sucias y con mal aspecto. Pero es lo que tenía. Así que empezó a discurrir de qué hacer para que su tributo fuese aceptable. Decidió ir a la reina contarle el caso y pedirle ayuda.
La reina le escuchó y le dijo que le trajese las frutas y verduras que iba a presentar al rey y así lo hizo. Entonces la reina limpió, ella misma, las frutas y verduras y las colocó y las adornó de forma que tuviesen una pinta inmejorable. Y ella se las presentó al rey, al cual le gustaron mucho más aún por que venían de manos de la reina, con sus cuidados, sus mimos y su dedicación.

Debería bastar con "el que tenga oidos para oir que oiga", pero por si acaso, igual hace nuestra Madre María cuando le pedimos que le presente al Señor nuestras obras, nuestras intenciones, nuestras oraciones... llenas de fallos, egoismos, perezas, descuidos... Ella hace que luzcan mucho más, destacando lo positivo, bueno, agradable.

La verdad es que todo esto te lo cuentan o lo lees mientras preparas la alianza con María, pero a mí no me tocó un ejemplo tan clarificador.